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Implantes dentales en edad avanzada (tercera edad)

Nos cuenta el magnífico escritor Manuel Hidalgo: “Recuerdo a mi queridísima abuela con sus moños plateados, sus blusas moradas y sus faldas tan negras como sus bolsos, de casa a misa y de misa a casa, pasando por el mercado y la farmacia. Mi abuela, por entonces, apenas tendría 60 años, y no estaba viuda, sino todo lo contrario. Pero, por la mentalidad de aquellos tiempos, vivía encapsulada en rituales cotidianos opresivos, prematuramente envejecida por dentro y por fuera, pese al brillo de su sonrisa y de sus ojos claros.”

Ya no se vive la madurez prolongada como una antesala del Mas Alla. No solo vivimos más tiempo más tiempo , sino que lo hacemos con intensidad.

Como el mismo nos refiere, hace años que esto ha cambiado y observo en mi consulta a diario a personas, no ya de 60 años, sino de más de 80 años, con un enorme impulso vital, con ganas de continuar disfrutando con plenitud de la vida. Ya no son pacientes, sino interesantes amigos que unen a una perfecta lucidez mental su amplia experiencia vital. Es un placer charlar un buen rato con ellos.

Es una de las conquistas más impresionantes de finales del siglo XX. La vida tiene un límite pero no tiene límites rígidos impuestos por la edad.

Pensemos que se espera que el número de personas mayores de 65 años pasará de los 523 millones actuales, hasta unos 1.500 millones hacia 2050, según cálculos de Naciones Unidas. Esto significa que por primera vez en la historia, la población mayor de 65 pronto superará en número a la de niños menores de 5 años.

Existe por tanto un lógico interés en desarrollar tecnologías que faciliten el bienestar, la autonomía y la conectividad social de este amplio grupo social, al que todos esperamos llegar.

Pero parece que nuestra dentadura no fue diseñada para permanecer tantos años, al menos en un porcentaje de los seres humanos.

Y uno de los placeres que conservamos hasta el fin es el de poder disfrutar de una buena comida. Pero no solo es esto lo que nos proporciona una nueva dentadura. Sonreir con naturalidad, besar, … sentir de nuevo una dentadura como la que teníamos de jóvenes, o incluso mejor, es posible.

Y no solo con una edad avanzada, sino con los múltiples avatares a los que una larga vida nos ha expuesto. Cáncer, radioterapia, quimioterapia, enfermedades cardíacas, diabetes, … No suponen una barrera para contar con todo lo que nos puede aportar una nueva dentadura. Es posible en cualquier caso.

Actualmente es posible sin un gran esfuerzo, ni someterse a riesgos innecesarios. Sin importar cuel es el punto de partida, por complejo que sea.

Muchos pacientes se preguntan cual puede ser la edad límite para poder colocar implantes dentales y disfrutar de nuevo de una dentadura hermosa, fija y firme. No existe esta edad límite. Pueden comprobar en nuestra web como personas con casi 100 años obtienen sin apenas molestias un cambio significativo en su calidad de vida y en la de su familia.

Mayor edad suele implicar una mayor pérdida de hueso. Es preciso reponerlo mediante injerto de hueso. Y en este punto muchos se desaniman porque, aun siendo posible, las técnicas propuestas para colocarlos son complicadas, e implican grandes cirugías, bajo anestesia general. Demasiado riesgo y sufrimiento, pese a sus deseos de nueva dentadura.

Pero aplicando todos los avances tecnológicos, y una gran experiencia, hemos logrado que en cualquier caso sea posible esta colocación de implantes dentales mediante injertos de hueso no agresivos, con cirugías delicadas y sencillas.

Todo ello conduce a postoperatorios sin apenas molestias, casi inaparentes.